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SER FIGURANTE EN CANARIAS

Últimamente no paramos de encontrar noticias de rodajes en Canarias. Es la segunda edad dorada de la filmación en las islas. Y normalmente esto genera también una gran cantidad de anuncios de castings de figuración en la región. Quien más, quien menos, tiene un amigo que ha participado en una película, a la que has ido al cine mientras te dice “yo salgo en esta escena”. Y empieza un difícil juego de ¿Dónde está Wally? mientras intentas reconocer la coronilla de tu amigo o te fijas en los reflejos de los cristales, por si de rebote se le ve la cara. Y a veces afirmas haberles visto sin estar tan seguro de ello.

Sin ir más lejos, hace poco salían los anuncios que buscan figurantes de aspecto mejicano en la isla de Tenerife para los futuros rodajes de las últimas películas de Sylvester Stallone y Mel Gibson.

Todos estos anuncios han ido creando un grupo virtual, pero real, de figurantes “profesionales”. Hemos podido hablar con tres de ellos: Néstor, que ha participado en 8 películas; Pili, que ha estado en 11 y Rosi, en 3.

Para ellos, ha sido su primer contacto con el cine. Pili nos cuenta que su primera vez (Ma ma) le impresionó “por ser la primera vez que descubría la magia del cine y por ver a Penélope Cruz en acción”. Néstor recuerda su experiencia con Bourne, “ya no por los medios, sino por los especialistas. Cuando hacían las cargas y peleas contra los manifestantes, se daban leña de verdad, daban miedo”.

Sin embargo poco a poco, y con tanta presencia, se han ido “profesionalizando” en el aspecto de que ya no son “locales” que necesitan ser guiados por los encargados. Ellos ya saben lo que se van a encontrar: de diez a doce horas de rodaje con mucho tiempo muerto. Algunas producciones se organizan mejor que otras y les hacen perder menos el tiempo. “En una de ellas estuvimos desde las 10 de la mañana «encerrados» en una sala (…) y sobre las 18h, fue cuando comenzamos a vestirnos y a rodar la escena en la que salíamos todos. (…). Se suponía que no podíamos salir para no entorpecer la filmación, aunque luego vimos que estaban en un edificio bastante alejado y que podríamos haber estado por fuera”, cuenta Rosi. Pero, en general, se sienten bien tratados.

Con la variedad de producciones que llegan a la isla, han tenido la suerte de poder probar distintas formas de producción. En general, ven que la mayor diferencia es simplemente presupuestaria, pero que hay el mismo interés en cuidar a los trabajadores en una producción americana y en una española, aunque “en las españolas se come mejor”, según confiesa Néstor. A pesar del tiempo, es un buen momento para conocer gente y, aunque tienen que mantener la profesionalidad, siempre hay tiempo para los buenos momentos. “En el rodaje de Yucatán bajamos en el Teleférico y empezamos a saltar dentro de él. Eso no le gustó nada a Luis Tosar que bajó blanco”, nos cuenta entre risas Néstor.

Los directores y los actores les tratan con cordialidad y profesionalidad, aunque Pili recuerda que “Luis Tosar me hizo la cobra en Ma ma. Yo en mi acting de figuración lo tenia que abrazar, de espaldas a la cámara. El piloto de la cámara se apagó y me dijo: «ya no estamos grabando».

Al final, todo este trabajo, que no te va a sacar de pobre y que ni siquiera garantiza tu aparición en pantalla compensa. En palabras de Rosi, “siempre se tiene la ilusión de aparecer en pantalla, pero lo divertido es el tiempo que pasas rodando o viendo los entresijos de las pelis y conociendo gente nueva.”

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